También se producen por disponer de una ventilación insuficiente o un funcionamiento incorrecto del aislamiento térmico (ventanas, puertas, paredes…. ) o variaciones en los sistemas de calefacción.
Los sistemas de construcción actuales, que impiden una ventilación natural: doble acristalamiento de las ventanas, burletes que impiden la renovación del aire, eliminación de chimeneas y la presencia de calefacción. Los edificios actuales están «sellados» de modo que el aire no circula, agravando el problema.
El grado de condensación depende también de los materiales con los que está construida nuestra vivienda y la existencia o no de barreras de vapor.