En ocasiones observamos en casa la aparición de mohos en paredes y techos.
Si la condensación continúa, es más que probable que se extienda también al interior de nuestros armarios, impregnando la ropa y creando un ambiente húmedo y poco acogedor.
La condensación afecta también a cristales y paredes, que se cubren de vaho y da la sensación de que «lloran», pudiendo llegar a crear charcos de agua en el suelo.