La llegada del otoño trae consigo un gran cambio en las condiciones climáticas. El frío y las humedades pueden empeorar los síntomas de las enfermedades respiratorias crónicas como el asma.
Durante esta época inspiramos aire más frío y las personas afectadas por enfermedades respiratorias, que presentan una mayor sensibilidad a estos cambios, pueden llegar a sentir una obstrucción bronquial.